UN MOVIMIENTO SOCIAL DE
UN MOVIMIENTO SOCIAL DE

LAS FASES DEL DUELO

Ante la pérdida de algo o alguien significativo para nosotros/as, comenzamos a atravesar un camino al que llamamos duelo. 

Puede ser que nos encontremos ante esta situación tan dolorosa para nosotros/as, como puede ser por ejemplo la pérdida de un ser querido, y que no sepamos qué hacer.

En este artículo vamos a ver qué es el duelo y, cuáles son las fases o tareas por las que vamos a tener que pasar cuando se produce una pérdida significativa

¿Qué es el duelo?

La palabra “duelo” viene del latín “dolus”, que significa dolor. Y aunque muchas veces se entienda como algo “problemático” o “negativo”, realmente se trata de una respuesta natural ante una pérdida significativa.

Es importante y necesario poder hacernos cargo de este dolor.

Además, el duelo casi siempre se suele asociar a una pérdida por fallecimiento, y no siempre es así. Existen distintos tipos de duelo (por ruptura de pareja, por enfermedad, por abandono…), y aunque cada duelo sea distinto, todos son igual de importantes. 

Fases o tareas del duelo

Aunque es importante recalcar que el duelo es algo individual y propio de cada persona, hay una serie de fases o tareas comunes por las que se suele pasar cuando atravesamos este proceso. 

Existen diferentes enfoques/modelos explicativos acerca de estas fases o tareas, y en este artículo vamos a hablar de las cuatro tareas de William Worden. Este modelo señala la importancia de un rol proactivo en la persona que va a pasar por este proceso, ya que explica que el duelo estará resuelto cuando la persona tenga estas cuatro tareas hechas.

Aceptar la realidad de la pérdida:

Una de las primeras reacciones que pueden aparecer ante una pérdida significativa es el estado de shock o negación. La persona puede estar durante un determinado periodo de tiempo sintiendo y actuando como si eso perdido aún estuviera presente. Esto sobre todo se da en situaciones donde la pérdida (del tipo que sea) ha sido inesperada. 

Esta primera tarea/fase consiste en ir saliendo de esa negación poco a poco, aceptando que esa pérdida ha tenido lugar. Y esta aceptación de lo ocurrido es importante que se dé en dos niveles: el racional y el emocional. A nivel racional, se trata de ser consciente de los hechos tal y como han sucedido, y entender que lo perdido no va a volver. Y a nivel emocional, se trata de poder conectar con las emociones que surgen como resultado de una pérdida. 

Elaborar el dolor de la pérdida

La rabia, la tristeza o el miedo, son algunas de las emociones que surgen tras una pérdida significativa, y en esta tarea/fase se recalca lo importante que es poder conectar con ellas. 

Es importante que nos detengamos a escuchar estas emociones desde un lugar de aceptación, entendiendo y validando que estas emociones aparezcan. 

Esta tarea se lleva a cabo cuando la persona es capaz de reconocer, expresar y elaborar esas emociones y ese dolor. 

Es sobre todo en esta parte del proceso donde es importante tener el apoyo de nuestros seres queridos, para poder compartir con ellos cómo nos estamos sintiendo. 

Adaptarse a un mundo sin el fallecido/eso perdido 

Esta tarea/fase consiste en adaptarse a una nueva realidad donde eso perdido ya no está, y por tanto lo que esto conlleva, tanto a nivel externo como interno. 

A nivel externo, por ejemplo, cuando fallece un ser querido, el rol o tareas que esta persona desempeñaba ahora deben ser asumidas por los seres queridos que están procesando el duelo. Es decir, es necesario “reajustar” ciertos aspectos, ahora que esa persona ya no está. 

A nivel interno, se trata de ser consciente de esa ausencia, de lo que realmente significa esa pérdida, y de cómo va a ser mi vida a partir de ahora. 

En definitiva, se trata de ser capaces de entender e integrar que lo perdido ya no está, y conseguir adaptarnos a esta nueva vida/etapa.  

Recolocar emocionalmente al fallecido/eso perdido

Es la última tarea del modelo de Worden, y consiste en encontrar un lugar para eso perdido en la propia vida emocional, que permita seguir viviendo de forma eficaz, pero recordando y teniendo presente de alguna manera a aquello que ya no está.

Es decir, no se trata de olvidar, sino de que la persona sea capaz de recordar sin dolor.

Mi vínculo con eso perdido no desaparece, sino que se transforma y adquiere un nuevo significado.

Escrito por

Beatriz Jimenez

Psicóloga especializada en Duelo, Ansiedad y TCA

Foto Somos Estupendas

Escrito por

Beatriz Jimenez

Psicóloga especializada en Duelo, Ansiedad y TCA